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22 cosas que nunca debes hacer con la letra

Introducción del libro 22 cosas que nunca debes hacer con la letra de Enric Jardí, ediciones Actar.

Este es un libro de recetas. Un libro que te cuenta qué es lo que funciona en tipografía y qué es lo que deberías hacer con las letras.

Si conoces el mundo del diseño, has estudiado en una escuela o si habitualmente colaboras con diseñadores, sabrás que muchos de los profesores que has tenido o muchos de los profesionales que ejercen en este campo están en contra de un sistema del tipo “lo que debes hacer y lo que no debes hacer” como el que tienes en las manos. Probablemente te dirán que es antipedagógico o conservador, que en diseño hay que intentar romper siempre con las normas; que los grandes diseñadores son aquellos que lo han hecho. Seguro que tienen razón. Pero también es verdad que la tipografía es esa parte tan importante del diseño gráfico en la que resulta muy difícil formarse un criterio. Una especialidad que todo el mundo dice amar y respetar pero en la que, por lo que yo sé, absolutamente nadie se siente seguro. Por lo que eso de romper con las normas puede estar muy bien, pero no resulta nada fácil. Si diseñas la Divina Comedia para que sea compuesta en Comic Sans tal vez seas el primero en hacerlo, pero puedes estar seguro de que será una decisión equivocada, ineficiente y, en última instancia, una horterada. La Comic Sans se lee lo suficientemente bien para ser utilizada en un texto largo; el problema no está ahí. El problema es que no le va a gustar a nadie.

Este libro ofrece algunas pistas de por qué no funcionan según qué tipo de cosas, o dicho de otra manera, trata de explicar por qué en tipografía hay cosas que nos gustan y cosas que no.

El Diseño, en su acepción más amplia, significa planificar y proyectar para resolver problemas. Diseñamos coches, libros o cualquier otro producto según determinadas necesidades: que sean rápidos, que sean baratos, que sean ecológicos o que sean fáciles de producir. En un mundo ideal, el diseñador debería dar forma a las cosas según los requerimientos del encargo y no dar sólo soluciones basadas en el estilo. La belleza debe estar en la forma que cumple perfectamente su función.

Sucede que, en realidad, hay que admitir que lo puramente formal, el estilo, está presente en casi todo lo que se diseña hoy, y eso hace que haya cosas que nos gusten y cosas que no. El estilo es una flaqueza humana: hay letras que nos parecen bonitas y letras que nos parecen feas, no lo podemos evitar. Hay tipografías y maneras de utilizarlas que consideramos adecuadas para ciertos temas, y aunque estemos seguros de que no funcionarían en otros contextos, nos cuesta explicarlo.

Cuando hablamos de tipografía, estamos más acostumbrados a dar excusas que argumentos sólidos. Los diseñadores aborrecemos la Arial y la contraponemos a la Helvetica, que nos parece más correcta, pero nos hace falta un largo discurso y destacar ciertas sutilidades formales para convencer al neófito.

Así que si la tipografía está sujeta a las modas, como el ancho de los pantalones, el corte de pelo o la forma de las sillas. ¿Por qué no un libro que señale qué es lo que hoy funciona y lo que no? Ésta no es una obra para personas que hacen letras, es un manual para los que tienen que utilizarlas.


En tipografía hay muy pocas verdades evidentes, inamovibles y que no estén sujetas a la moda. Son pautas de sentido común que se refieren a lo más básico en cuanto a legibilidad —cuestiones sobre el tamaño de la letra, la composición de párrafo, etc.—, y que generalmente aparecen en los libros entremezcladas con opiniones que realmente sólo son estéticas. Cosas como que la letra gótica no se lee bien. Argumentos que en un momento de la historia parecían ciertos pero que al cabo de un tiempo se consideraban absurdos. Los detractores de Baskerville en el siglo XVIII opinaban que sus tipos eran malos y faltos de interés. Hoy sus letras nos parecen un modelo canónico y las utilizamos para componer largas novelas. La Meta fue la letra ideal de los 90. Pasados quince años la podemos amar máso menos —algunos me consta que la adoran—, pero en la mayoría de los casos a los diseñadores ya no les gusta. Durante todo este tiempo la Meta no ha cambiado, no se lee ni mejor ni peor, es la misma. Los que hemos cambiado somos nosotros.

Este libro revela algunas de las pautas, trucos y manías que algunos diseñadores guardan en sus libros de recetas. Y no lo dudes, todos tienen sus secretos, lo admitan o no.

Utilízalo sin manías y olvida estos consejos cuando creas que hacer lo opuesto es lo mejor. Piensa que dentro de cincuenta años nos habremos acostumbrado a ver algunas cosas de otra manera y las pautas, puedes estar seguro, no serán las de este libro.
Algunas de las cosas que se recomiendan aquí no eran bien vistas hace cien años: mezclar letras romanas y letras de palo, componer textos a bandera y cortar palabras, y otras cosas así.

Y de la misma manera, en los próximos cincuenta habremos cambiado de opinión respecto a otros detalles que ahora nos parecen sagrados. Tal vez a nuestros hijos les dé por decir que, por ejemplo, las letras que mejor se leen son las monoespaciadas, quién sabe...

1. Procura que el tipo de letra no comunique algo que no desees comunicar
2. Escoge la letra según el tamaño necesario
3. Usa tipos para tu idioma
4. Iguala los tamaños cuando combines dos tipos distintos
5. Asegúrate de que tu tipo llega hasta el final
6. No toques demasiado los valores por defecto
7. Si te dejan, compón a caja izquierda
8. Empieza por el cuerpo de texto
9. Ayúdate de una pauta siempre (o casi siempre)
10. No pierdas el tiempo con los márgenes ni con el foliado
11. Marca los párrafos convenientemente
12. Cuadra las líneas (si puedes)
13. Cierra el interletreado en los cuerpos grandes
14. Retoca titulares, cabeceras y logos
15. Elige cuidadosamente los caracteres a utilizar
16. Rechaza las falsas negritas, cursivas y versalitas
17. Aprende cómo funcionan los ajustes de P&J
18. Si no se ha de notar, condensa y expande las letras
19. Reduce la interlínea en cuerpos grandes
20. Cuida los números
21. Habla con propiedad
22. No te equivoques de medio
23. No escojas dos letras que se parezcan demasiado
24. No combines letras con distintos grados de condensación
25. No utilices sucedáneos
26. No recrees estilos históricos
27. No escojas fuentes de fantasía
28. No hagas demasiadas categorías
29. Evita las script
30. Rechaza los tipos con caracteres caprichosos
31. No compongas con mayúsculas si no tienes una razón clara
32. Olvida el cícero, las picas y los puntos
33. No intentes convertir la letra en una imagen. La letra ya es una imagen
34. No hagas líneas demasiado largas ni demasiado cortas
35. No dejes palabras sueltas
36. Evita los sistemas que no sean intuitivos
37. No utilices letras pequeñas
38. Evita las negritas romanas
39. No añadas espacio extra entre minúsculas
40. No combines columnas centradas con otras no centradas
41. No inclines letras a la izquierda ni compongas en vertical letras horizontales
42. Evita según qué ligaduras
43. De entrada, no emplees cursivas ni versalitas

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