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Los Tous, el imperio del oso


Empezaron con una sencilla joyería en Manresa y cuarenta años después figuran entre las 500 empresas de mayor crecimiento y generación de empleo de Europa, con más de 300 tiendas en 34 países y unas ventas que en dos años esperan alcanzar los mil millones de euros. La culpa la tiene un oso de aspecto inocente y las miles de horas de trabajo que han invertido el hijo del relojero y la hija del zapatero, esta singular pareja de canosos, casi siempre vestidos de negro, que hoy son internacionalmente conocidos y reconocidos como los Tous.

Madrid, 21 jun / Arantza Furundarena
Los Tous. Historia de una familia, una empresa y un osito hecho joya es el título del libro de la periodista barcelonesa Anna R. Alós. En él se narran las peripecias empresariales, familiares y sociales de esta saga de joyeros manresanos, capaces de popularizar las joyas hasta convertirlas en fenómeno mediático. “El verdadero milagro de los Tous reside en su esencia netamente catalana –dice Alós–. Ellos son el típico ejemplo de empresa familiar en esta tierra donde, para muchos, ‘el negoci’ es lo primero”. Rosa Oriol se casó con sólo 17 años y ha tenido cuatro hijas. “Sin embargo, ella misma reconoce que se ha perdido momentos importantes de la infancia de sus niñas por las muchísimas horas que pasaba tras el mostrador”, relata la periodista.

El mostrador de la joyería de sus suegros fue la verdadera escuela de Rosa. Ella era la hija de los dueños de una zapatería y de jovencita no acababa de entender qué veían sus padres en Salvador, el hijo del relojero. “No pienso salir con él”, les contestaba cada vez que le animaban a conocerle mejor. Hasta que un día, Salvador, aficionado al esquí igual que ella, perdió una competición y Rosa, por pena, accedió a sus proposiciones. Se casaron en 1965 y tuvieron cuatro hijas: Rosa, Alba, Laura y Marta. Hoy, las cuatro están integradas en el negocio familiar, hasta el punto de que, cada mañana, como si fuera un ritual, padres e hijas desayunan juntos en el loft de su moderna fábrica de Manresa.

“Mis hijas están en esto porque lo han mamado desde niñas; nadie les ha forzado”, precisa Rosa Oriol. “Ella está considerada el ‘alma mater’ del negocio. Y es cierto que es tremenda; de joven, se iba a vender joyas de puerta en puerta si hacía falta y fue quien diseño el famoso osito tras asistir a una feria de joyería en Milán. Sin embargo –matiza Alós–, sin Salvador la empresa no sería la misma. Él es un corredor de fondo, y juntos forman un buen equipo. Lógicamente, han tenido sus crisis y sus peleas, porque son de temperamento sanguíneo, pero aquí los trapos sucios se lavan realmente en casa”.

Rosa, la hija mayor, es gemóloga. Está casada y tiene tres hijos, dos de ellos adoptados en India y uno en Madagascar. Alba, actual presidenta de la compañía, tiene una hija de su primer matrimonio y dos de su actual compañero. Laura, la tercera, es economista y se encarga de las finanzas. Se casó con una ex jugadora de baloncesto, pionera en la NBA americana, en cuanto se aprobaron en España los matrimonios entre gays y lesbianas. La pareja tiene dos hijos biológicos. Y Marta, la cuarta, es diseñadora y tiene pareja estable, aunque aún no se ha casado.



Alós considera que el empujón mediático que situó a los Tous donde están fue la relaciones públicas Conchita Vilella, responsable de comunicación de la empresa: "Ella les propuso a Eugenia Martínez de Irujo como imagen de sus joyas. Dudaron, pero finalmente aceptaron y fue un acierto. La hija de la duquesa de Alba, que aún sigue ligada a los Tous como diseñadora, les abrió las puertas de la gente bien madrileña, que al principio pronunciaba la marca ‘Tus’, medio a la francesa, creyendo que esas joyas venían de fuera. Arantxa Sánchez Vicario, que también fue imagen de la casa, les dio a conocer en Europa. Jaydy Michel les ayudó a penetrar en México y Miami, y ahora Kylie Minogue les confiere esa categoría estelar y global acorde con lo que están viviendo"

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